martes, 10 de mayo de 2016

Alex Comfort, anarquista británico, autor de El placer del sexo



Alex Comfort, anarquista británico, autor de El placer del sexo 

Todavía se puede encontrar en algunas librerías el viejo best seller de Alex Comfort El placer del sexo (Grijalbo), todo un hito para varias generaciones que quería hacer su revolución sexual, una necesidad que bien podría resumirse en una frase de Woody Allen: “Lo mejor es el sexo con amor, pero luego está el sexo aunque sea sin amor”.
Esto  quizás puede ser una exageración, y desde luego, le parecerá  una barbaridad a mucha gente que cree que para ser revolucionario hay que ser mitad monje mitad soldados, pero dudo que nadie con ganas de realizarse dude de su importancia…
Todo indica que en este punto las cosas han cambiado,  mucho. Sin embargo, para los que crecimos bajo los imperativos categóricos del nacional-catolicismo, la cuestión no era para nada baladí. Bajo el franquismo la doble mora (y la miseria) había llenado de casas de citas o mueblés pueblos y ciudades. Que un señor con un podo de poder no tuviera su “querida” estaba casi mal visto, en tanto que en las probas familias obreras, el atraso y el miedo a los embarazos que las cagaban de hijos, pesaban sobre relaciones en las que la sexualidad era algo socio o pecaminoso. En su mayoría, nuestros padres lo hacían lo justo, las mamás normalmente ni se enteraban, y la autoridad competente te poda multar por una muestra de efusión pública.         
Una de los elementos más potentes en la rebelión de las nuevas generaciones fue este, o en vano la “liberalización” pasó por  la eclosión de “cine verde”, en tanto que la Transición vino macada por elementos tan representativos como las revistas “atrevidas”, y el caso de Interviú es de por sí,  más que representativo. Ya lo he contado en más de una ocasión,  en pleno mayo-junio del 68 francés, el libro más vendido fue una manual erótico de procedencia sueca llamado “Positions”.
Será  en esta ganas de gozar sexualmente donde se inserta la obra de Alex Comfort, sobre el que se informa brevemente en el Wilkipedia: …”adiestrado en biología y psiquiatría, fueron dedicados al estudio del envejecimiento, y al estudio erudito del comportamiento sexual. En 1972 publicó uno de los primeros best-sellers sexuales, "La Alegría del Sexo", que abogaba por una mayor libertad sexual. Posteriormente escribió sobre los efectos sicológicos y sociológicos del llamado amor Libre en "La Alegría del Sexo: Más Alegría", y se trasladó de Inglaterra a California para seguir escribiendo e investigando el comportamiento sexual”. No es mucho, en mi  libro Libertarios, libertarias (editado en Els Arbres de Fahrenheit), se dice un poco más:
Alex, geriatra, biólogo, filósofo y novelista inglés (1920), muy conocido en todo el mundo como autor de obras científicas y literarias en las que une la crítica social, la divulgación y el rigor científico. Se educó en Trinity College, Cambridge y en el London Hospital. Durante los años cuarenta fue un gran activista en el grupo anarquista británico junta con George Woodcok, Herbert Read, Mª Luisa Berneri, Vernon Richards, y otros, y participó en diversas campañas de signo libertario. En su obra, aunque no hay un posicionamiento político estricto, se nota una inclinación libertaria muy notable.
En 1974 se marchó a California, donde será profesor en el Instituto de Estudios Superiores de Santa Bárbara, catedrático del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Irvine, y profesor en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Stanford. Durante varias décadas de su vida se ha dedicado al estudio del envejecimiento en hombres y animales. Sobre esta cuestión ha publicado dos trabajos clásicos, La biología de la senescencia y Una buena edad. La tercera edad (Debate, Madrid, 1978).
Fue la primera persona que recibió en su país un doctorado en gerontología. Comfort considera que la gente mayor son una minoría oprimida, y combate en su obra todos los acondicionamientos sociales, políticos y morales, todas las patrañas y encasilla mientas que motivan su opresión. El mismo sentido liberador obras se hace notar en otras obras suyas publicadas en España, como El placer del sexo, y El placer de amar (ambas en múltiples ediciones en Blume, Barcelona) cuyo mensaje es «que no hay nada que temer, que en realidad nunca la ha habido y que somos las creadores de nuestros propias absurdos». En Los médicos fabricantes de angustias (Granica, Barcelona, 1977), denuncia el terrorismo moral pretendidamente alimentada en opiniones «científicas». Otras obras suyas, publicadas en Argentina, son: El comportamiento sexual en la sociedad, Autoridad y delincuencia en el Estado moderno, La novela y nuestro tiempo, Naturaleza y naturaleza humana (Proyección, Buenos Aires).
En los años setenta-ochenta, El placer del sexo, y El placer de amar, fue un libro que se vendió como rosquillas. Servidor que tenía un viejo camarada en Blume, y que me los hacía llegar con un buen descuento,  lo regaló y lo vendió por el trabajo, entre las amistades y familiares, y lo tuvo como libro de cabecera para sus propias relaciones…La actual edición quiere representar una puesta al día, y dado que el amigo Comfort (cuya obra sobre la vejez recomiendo a todos y todas), viene ampliada y reformada por la doctora Susan Quilliam…Ahora me enero además, que su edición de 1977 tuvo como consecuencia inmediata el hundimiento de las ventas del Libro de la vida sexual (1966), de López Ibor, el aberrante manual tolerado por el nacionalcatolicismo desarrollista de la época. Villar Palasí, ministro de Franco,  proclamaba que las parejas que no creían fervientemente en la postura cristiana, llevaban bajo el brazo cuando llevaban a cabo la entrevista con el cura, una asuignatura previa a la boda. En esto ha pasado una pequeña revolución que habrá que ampliar y poner al día este libro –ciertamente- de orientación exclusivamente heterosexual, aunque estoy seguro que los comparten otras inclinaciones tiene sobre este punto, una biblioteca mucho más evolucionada.


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