lunes, 30 de mayo de 2016

Norma Rae y el sindicalismo feminista


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Norma Rae y el sindicalismo feminista

Film a la vez sólido y preciso, Norma Rae demuestra una vez más que Martin Ritt es un cineasta a seguir.

Sobre esta película el director neoyorquino ha explicado que «El lema de Norma Rae, que se inspira en la vida de muchas personas reales, me ha apasionado. Siempre he sentido cierta atracción por los ex­cluidos, y lamento que las películas americanas consagradas en los últimos tiempos a las mujeres no hayan hecho un esfuerzo para pres­entar con rigor la condición de una obrera.   La mayoría han tenido como heroínas a burguesas trastornadas, ligeramente ninfómanas o neu­róticas. En Norma Rae he querido contar el caso de una mujer que “tiene algo en el vientre", de una mujer vulnerable, con los pies, en el suelo, de una luchadora", (en Revue beige du cinema, nº 21, 1981).
Resultado de imagen de norma raeCon Norma Rae, Martin Ritt filma una de las películas más emblemáticas de los últimos años sobre la cuestión sindical., Norma Rae es una mujer viuda, con dos niños, uno de ellos natural, que vive con sus padres, también trabajadores de la fábrica textil, una existencia despreocupada, repartida entre el trabajo en la fábrica y las noches de diversión y moteles. No ha recibido ninguna educación ni cualificación profesional y su existencia es la vida alienada del trabajo. Allí llega un líder sindicalista de la TWWA, Reuben Warshosky. Es un hombre cultivado y vitalista que busca concienciar a los trabajadores acerca de sus derechos. Su actitud contrasta con las gentes de Hanleyville, sumidas en la apatía. Trata de hablar con los obreros, pero le rechazan, como si fuera sujeto extraño a la vida de la pequeña ciudad porque lo ignoran todo sobre sindicalismo y desconfían de sus intenciones: además es judío en el Sur profundo... Norma Rae le da algunos consejos y de que le escuchen los miembros menos apáticos de la comunidad rural. Mientras tanto. a Norma, que ha mostrado sus primeras actitudes contestarias en la empresa, le ofrecen un puesto com cronometradora del trabajo de los compañeros, lo que significa un promoción, pero también situarse del lado de los patronos. Sus compañeros se lo hacen ver y renuncia a ese puesto y a los privilegios anejos, lo que significa un cambio en su vida y el nacimiento de un ideal solidario. Empieza a Iuchar por los derechos laborales, lo que es no sólo justo, sino, además, posible y necesario. Con muchas difi­cultades y con la ayuda de Reuben logra fundar en la fábrica un sin­dicato y, con ello, encuentra un sentido a su vida, hasta entonces vulgar y hasta despreciable.
A partir de ese momento su vida da un giro. incluso en el ám­bito personal, pues se casa con Sonny. Pero no renuncia a la lucha sindical ya separarse de Reuben, que para ella es el símbolo de es­peranza que ha transformado su vida. El proceso se precipita cuando su padre muere en la fábrica al negarle el capataz un descanso en el trabajo. Norma se crece ante las dificultades que le ponen los empre­sarios, ante las habladurías del pueblo y hasta ante las reticencias de su marido, pero ve la necesidad de reflexionar más sobre el compro­miso que ha tomado, lo que hace Con lecturas que le proporciona Reuben. La empresa trata de dividir al sindicato recién creado alen­tando las diferencias existentes entre blancos y negros, pero Norma suscita la toma de conciencia de sus compañeros y llama a la huelga. Llega incluso a ir a la cárcel por atentar contra el orden público. De vuelta a casa confiesa a sus hijos los errores pasados y les explica que «Sí vais un día a la fábrica, quiero que tengáis una vida mejor que la mía. Por eso es por lo que soy sindicalista. Hay que luchar por lo que es justo". A los pocos días, los obreros deciden en referéndum crear una sección sindical en la fábrica con lo que algo ha cambiado en la apacible ciudad de Henleyville. Reuben ha cumplido su misión y abandona el lugar ya Su compañera de luchas.
Resultado de imagen de norma raeNorma Rae se encuadra dentro del cine militante en cuanto muestra el proceso de transformación que se da en una mujer que de ser una persona corriente de la clase obrera poco preocupada por sus condiciones de trabajo y deseosa de evadirse del mismo en sus horas de ocio pasa a erigirse en portavoz de las reivindicaciones labo­rales y en dirigente de vanguardia que lucha por sus compañeros,  Esta transformación viene contrapuesta cinematográficamente con el personaje del sindicalista neoyorquino, un hombre culto que en sus amores juveniles leía el «New York Times» con una abogada de Har­vard...; la interrelación entre esos dos mundos (el burgués que ha adoptado la causa de los trabajadores desde la reflexión y el obrero que lleva una vida de inconsciencia «burguesa»} está muy lograda. (Reuben enseña con paciencia a Norma y hasta le corrige las faltas le ortografía de un panfleto y, sobre todo, la defiende cuando dos miembros del aparato del sindicato plantean la moralidad personal e la trabajadora. El retrato de Norma como una mujer inmadura, que aprende en carne propia y que comete errores ante la empresa s certero. Hay que subrayar el carácter feminista que tiene la película: la toma de conciencia que experimenta Norma como trabajadora su­pone también la adopción de un nuevo rol como mujer, porque su papel como sindicalista es posible gracias a la autonomía que ad­quiere con ese nuevo rol.
Aunque haya una simplificación inevitable, la película resulta convincente, tanto por la interpretación de enorme eficacia de Sally Field -premiada en Cannes- como por la descripción de la vida coti­diana y de la vida de trabajo en la ciudad de provincias; el director sabe ir a la esencial sin cargar las tintas, convertir la historia en un panfleto o presentar los conflictos en clave maniquea. Ha elegido la sencillez, sin complejos movimientos de cámara, con encuadres sobrios claridad expositiva en el relato. Ritt hace una película militante a través de la plasmación de un testimonio y no de un discurso teóri­co; muestra las condiciones laborales de los trabajadores de la fábri­ca en lugar de filmar a los obreros discutiendo sobre ellas o, lo que daría aún menos fuerza, a los cargos sindicales. No obstante, en esta historia el personaje de Norma Rae parece el de una mujer ne­cesitada del varón que le conciencie y le haga salir de su alienación, decir, dependiente de un líder.
Por desgracia, Norma Rae no puede ser incluida entre estas últimas. Su único interés radica en su tema -la llegada de un líder sindicalista, de la Unión de Trabajadores Textiles, a un pueblo norteamericano en el que todos sus habitantes viven de la fábrica local textil, cosa que aprovechan sus propie­tarios, sus dirigentes y sus mandos in­termedios para cometer todos los abu­sos del mundo-, pero el tema se que­da sólo en eso, en un buen tema para una película malograda, que se pierde entre las brumas de lo fácil y lo previsi­ble.
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Cuando Ruben llega a la fábrica, sabe que necesita de alguien del pueblo que le ayude, si no quiere engrosar la nómina de sindicalistas que llegan cada cuatro anos, y que se vuelven con las manos vacías. Sus sucesivos encuentros con Norma son al principio casuales, pero finalmente lo­gra que Norma se inscriba en la TWWA. Cuando esto ocurre sabe que tiene posi­bilidades de vender, y no estaba dispuesto a parar hasta conseguirlo. Ritt se ha planteado el film -por algo se llama Norma Rae- desde el punto de vista de su heroína, viuda de 31 anos, con dos hijos de padres diferentes, y un poco ligera de cascos..
Siguiendo la vieja tradición del cine americano, Ritt pretende que el público siga la misma evolución que sigue su pro­tagonista, y lo cierto que la mayor parte de las ocasiones lo consigue.
Es evidente el peligro de panfleto en una película de estas características. La precisión de Ritt, su rigor y su falta de grandilocuencia son los pilares básicos que permiten evitar este escollo. Lo cual no quiere decir que sea un film perfecto.
Se habla solamente de llevar el sindica­lismo a la fábrica de un pequeño pue­blecito del Sur, sin analizar para nada lo que podría significar. El sindicato enton­ces es presentado como un bien absoluto, como la única manera de poder luchar contra la explotación. Pero hay una escena donde Ritt hace trampa. Me estoy refi­riendo a la llegada de los dos ejecutivos del sindicato que tratan de inspeccionar el trabajo de Ruben. Sus referencias a que han engordado, su actuación, lo farisaica de su puritana postura, hacen suponer que enfrentamientos como esos se producen con frecuencia a la vez que sirven a Rítt para aclarar que su postura está al lado de Ruben, y en contra de las burócratas abur­guesadas. Pero la trampa de Ritt consiste en la resolución de la escena. En buena lógica, tras su enfrentamiento los dos ejecu­tivos habrían enviado una nota a Ruben, ordenándole que se Incorporara a su puesto en Nueva York mientras que en el film se dejan echar por Ruben. Ritt tiene la ho­nestidad de presentar el conflicto, pero esa misma honestidad desaparece a la hora de resolverlo.
Por el contrario, Ritt acierta plenamente en 'a descripción del carácter de Norma Rae. Impulsiva, inmadura, va a ir sufriendo en su propia carne, la dureza de una lucha desigual que pasará por la muerte de su padre -literalmente asesinado por los di­rectivos de la fábrica, y resuelta la escena de su muerte al igual que la de su en­tierro, de forma modélica por Ritt- la despedida de su trabajo y la cárcel. Ritt no exagera ni la bondad de los repre­sentantes de un bando, ni la maldad de los explotadores. Si Norma demuestra su inmadurez al aceptar el puesto de vigi­lancia, los dueños de la fábrica se creen legitimados para ver en los sindicatos a su enemigo natural, y continuarán con las pautas de conducta que siempre han se­guido.
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La capacidad de síntesis de Ritt, el ir a lo esencial, su negativa a cargar las tintas, ya caer en el maniqueísmo, proporcio­narán al film escenas tan extraordinaria­mente precisas como la conversación de Norma con el pastor, o la propuesta de matrimonio de Beau Bridges a Norma, sólo por mencionar dos momentos abso­lutamente diferentes...
Esta no es una película para pasar el rato, sino una película dura que permite aprender y discutir.
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