lunes, 30 de mayo de 2016

Bloody Sunday o la elección de la violencia



Bloody Sunday o la elección de la violencia
Resultado de imagen de bloody sunday filmCon un estilo documental y al mismo tiempo vibrante,  se narran desde el punto de vista de los protagonista los trágico sucesos ocurridos en el domingo 30 de Enero de 1972, cuando soldados británicos, siguiendo las órdenes del mando, dispararon contra civiles que participaban pacíficamente en una marcha en Irlanda del Norte. La consecuencia fue trece manifestantes muertos en las calles de la ciudad de Derry (Londonderry para los ingleses) y otras catorce fueron heridas por las balas del ejército británico. Las víctimas formaban parte de una manifestación contra el decreto del Gobierno británico autorizando los internamientos preventivos. El día es ya célebre. Se le conoce por el nombre de Bloody Sunday (Domingo Sangriento).

Fue un día crucial en la historia de Irlanda, y también para la nueva izquierda socialista europea. El conflicto irlandés que se arrastra desde la ocupación británica, o sea desde hace más de 700 años, dio lugar a una suerte de guerra civil. Justo lo que querían los ocupantes: enfrentar católicos contra protestantes…Entre los primeros, la ira justificada por la represión llevó a muchos jóvenes a integrarse en el IRA. El IRA por lo tanto ocupó el protagonismo de las movilizaciones de masas, y la lucha se desplazó a un terreno que era –y en esto hay que insistir mucho, además es algo que ha ocurrido muchísimas veces- el que preferían los mandos políticos y militares británicos. El movimiento por los derechos civiles, en el que destacaba con energía y dulzura nuestra Bernadette Devlin, quedó desplazado. El resto es conocido: la represión inteligente puso el huevo de  de un ciclo de 25 años de violencia.
Bloody Sunday cuenta lo que pasó ese día, desde el amanecer hasta el anochecer, desde la llegada de las tropas a las calles de la ciudad sitiada hasta la violenta actuación de los soldados del formidable Regimiento de Paracaidistas contra los manifestantes civiles, y sigue con algo más de detalle a cuatro hombres: Ivan Cooper, líder de los defensores de los derechos civiles, lleno de idealismo y que comparte el sueño de Martin Luther King de lograr un cambio pacífico; Gerry Donaghy, un rebelde católico de 17 años, que desea establecerse y casarse con su chica (protestante) pero que se ve arrastrado por el enfrentamiento con los soldados; el general de brigada Patrick MacLellan, comandante del ejército británico en Londonderry, que se ve presionado para que detenga con firmeza la manifestación, y un joven soldado, un operador de radio de los paracaidistas, que, junto a su unidad de aguerridos veteranos, recibe la orden de entrar en el Bogside.
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En algunos debates, ha habido quejas en el sentido de que echaban en una pequeña introducción (unos simples textos al principio hubieran bastado) a la situación del Ulster en 1972 y a los motivos que desencadenaron esta manifestación, aunque esto es algo que un cine-forum puede subsanar editando una doble página con la información necesaria.
En esta información hay que destacar varios detalles, tal como que el PIRA (IRA Provisional), al que podemos considerar el origen de las posteriores ramas del IRA, fue fundado tres años antes, por lo que era todavía una organización débil y pequeña (de hecho, fue a raíz de este "Bloody Sunday" que comenzó a crecer, debido a que muchos de los que vieron la matanza se alistaron inmediatamente); que las más de 15000 personas eran republicanos que se manifestaban en contra del "internment", una medida tomada por el gobierno conservador que consistía en encarcelar SIN JUICIO a cualquier irlandés sospechoso de pertenecer al IRA; y, finalmente, que "todo" lo que se relata es el resultado de la investigación pública que inició el gobierno británico en el 98 con el fin de aclarar los hechos y que fue la que confirmó las irregularidades y contradicciones de la versión oficial del 72.
Pero aún y cuando se considere que la película deja dudas sobre las causas que derivaron en tamaña masacre, estoy seguro de que cuando suena el “Sunday Bloody Sunday” de U2 en los créditos finales, uno no queda indiferente y terminará reflexionando sobre cómo la violencia minoritaria contra un ejército ocupante, y además contra otra parte de la población (la misma que se podía integrar en un proyecto socialista y democrático abierto), supuso el principio de una derrota que el tiempo no haría más que confirmar. El IRA, aparte de llevar la lucha al terreo de los opresores, fue responsable de crímenes contra la humanidad, y por lo mismo, desprestigió en no poca medida una causa tan antigua y en general tan noble como la irlandesa. Una causa sobre la que el cine ha producido un buen número de películas tal como pude evocar en un lejano artículo sobre la película de Ken Loach, El viento agita la cebada.
Nada es complaciente y todo está contemplado con amargura y escepticismo. Por otro lado, Bloody Sunday es un film con un virtuoso sentido del montaje, que sabe mostrar el horror y (a vergüenza de lo que narra sin caer en fáciles sentimentalismos. Véase por ejemplo de qué ejemplar manera resuelve las escenas de horror y desesperación que transcurren en el hospital, cuando los ciudadanos de Derry descubren la muerte de sus seres queridos; o de qué modo dosifica lo lacrimógeno en lo relativo al personaje secundario de a joven novia de Gerry, que espera al chico en una cita ala cual aquél nunca acudirá, resuelta con tan sólo un par de escuetos planos, tan breves como admirables...Estamos hablando de una película-ovillo, o sea que permite diversas variaciones en la discusión.
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Una de ellas nos lleva al maldito asunto del terrorismo, y las líneas generales están claras: primero, es el terreno preferido por los opresores, el que les permite aislar el movimiento, y desarrollar una dialéctica perversa en la que la represión aparece como justificada, cuando no deseada or la población…Se trata de una respuesta que excluye el movimiento amplio de masas, los debate, las asambleas. Es un movimiento que sacrifica a muchos buenos luchadores que acaban muertos, asesinados, o…con las manos manchadas e sangre (sangre que no es la delos mandos militares precisamente). Crea una dinámica sectaria en la que está con ellos o contra ellos, y provoca un cáncer uniformista en el que la crítica aparece como “objetivamente” al “servicio del enemigo”…
Lo dicho: hay películas que permiten hablar de muchas cosas de las que resulta difícil hacerlo sin todo lo que una buen realización como ésta, evoca.

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