sábado, 28 de mayo de 2016

El fantasma de Trotsky (España, 1916-1940)

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El fantasma de Trotsky (España, 1916-1940) de Pepe GUTIÉRREZ-ÁLVAREZ, Sevilla: Espuela de plata, 2012. 275 págs. [17 x 21].

Resultado de imagen de El fantasma de Trotsky (España, 1916-1940)Con esta obra, el escritor Pepe Gutiérrez-Álvarez, uno de los fundadores de la Fundación Andreu Nin, hace un repaso a la producción escrita de uno de los máximos dirigentes de la revolución rusa, Leon Davidovich Bronstein, Trotsky, sobre la situación política española. Este ejercicio se enmarca en un debate político e historiográfico que gira en torno el carácter de la II República y la Guerra civil española. O dicho en otras
palabras, sobre si se daban las condiciones en las España de los años treinta para una revolución socialista. Dentro de este debate, la figura de Trotsky resulta clave, al ser un referente político de primera línea en el contexto histórico que nos ocupa. Durante la década de los treinta dedicó cerca de treinta y nueve artículos y sesenta y seis
cartas, además de numerosas referencias, a la política española. Una producción que fue recuperada por Ruedo Ibérico, en sus Escritos sobre España, a comienzos de los años 70, y sobre la cual ahora reflexiona Gutiérrez-Álvarez, evocando el fantasma de Trotsky y su influencia de la misma manera que Marx evocaba la metáfora del fantasma que recorría Europa en el Manifiesto Comunista, en una línea de afinidad política con el movimiento que en los años treinta (y más adelante también), veía en Trotsky “el comunismo que pudo haber sido y no fue”. Todo ello en un escenario, el español, donde paradójicamente, tal y como reconoce el autor: “lo que sus adversarios llamaban trotskismo nunca dejó de ser una cabeza muy grande con un cuerpo muy pequeño”. Incluso para el partido político más significativo con el que Trotsky tuvo contacto (no exento de graves enfrentamientos políticos), el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), la etiqueta de trotskista no deja de ser un reduccionismo ideológico para una organización política mucho más compleja, producto de la fusión en septiembre de 1935 del Bloque Obrero y Campesino, de Joaquín Maurín, y la Izquierda Comunista de España, de Andreu Nin y cuyos orígenes podemos catalogar de trotskistas. El libro inicia su repaso con la estancia de Trotsky en España a finales de 1916, retenido por unos días en Madrid bajo la acusación de que “sus ideas son demasiado avanzadas para España”, y concluye con su asesinato en México. Durante este periodo, Gutiérrez-Álvarez recorre los debates con socialistas, anarquistas y comunistas oficialistas o disidentes de la línea marcada por Moscú. A pesar de considerar al POUM el “partido más honrado” de la izquierda española, las discrepancias fueron notables y se agudizaron con el paso del tiempo, ya fuera respecto al proceso que dio origen al POUM, que Trotsky no aprobaba en defensa del “entrismo” en las filas socialistas (acusando a los dirigentes de la ICE de “traidores a la revolución”), o bien respecto a la firma del POUM del acuerdo con el Frente Popular, lo que conllevó durísimas críticas de Trotsky al acusar a sus “antiguos” camaradas de convertirse en “la cola de la burguesía de izquierda”. JOSÉ MANUEL RÚA FERNÁNDEZ (CEHI, Universitat de Barcelona)

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