Alex
Comfort, anarquista británico, autor de El placer del sexo
Todavía
se puede encontrar en algunas librerías el viejo best
seller de Alex
Comfort El placer del sexo (Grijalbo), todo un hito para varias
generaciones que quería hacer su revolución sexual, una necesidad que bien
podría resumirse en una frase de Woody Allen: “Lo mejor es el sexo con amor,
pero luego está el sexo aunque sea sin amor”.
Esto quizás puede
ser una exageración, y desde luego, le parecerá una barbaridad a mucha
gente que cree que para ser revolucionario hay que ser mitad monje mitad
soldados, pero dudo que nadie con ganas de realizarse dude de su importancia…
Todo indica que en este
punto las cosas han cambiado, mucho. Sin embargo, para los que crecimos
bajo los imperativos categóricos del nacional-catolicismo, la cuestión no era
para nada baladí. Bajo el franquismo la doble mora (y la miseria) había llenado
de casas de citas o mueblés pueblos
y ciudades. Que un señor con un podo de poder no tuviera su “querida” estaba
casi mal visto, en tanto que en las probas familias obreras, el atraso y el
miedo a los embarazos que las cagaban de hijos, pesaban sobre relaciones en las
que la sexualidad era algo socio o pecaminoso. En su mayoría, nuestros padres
lo hacían lo justo, las mamás normalmente ni se enteraban, y la autoridad
competente te poda multar por una muestra de efusión pública.
Una de los elementos más
potentes en la rebelión de las nuevas generaciones fue este, o en vano la
“liberalización” pasó por la eclosión de “cine verde”, en tanto que la Transición vino macada
por elementos tan representativos como las revistas “atrevidas”, y el caso de
Interviú es de por sí, más que representativo. Ya lo he contado en más de
una ocasión, en pleno mayo-junio del 68 francés, el libro más vendido fue
una manual erótico de procedencia sueca llamado “Positions”.
Será en esta ganas
de gozar sexualmente donde se inserta la obra de Alex Comfort, sobre el que se
informa brevemente en el Wilkipedia: …”adiestrado en biología y psiquiatría,
fueron dedicados al estudio del envejecimiento, y al estudio erudito del
comportamiento sexual. En 1972 publicó uno de los primeros best-sellers
sexuales, "La Alegría
del Sexo", que abogaba por una mayor libertad sexual. Posteriormente
escribió sobre los efectos sicológicos y sociológicos del llamado amor Libre en
"La Alegría
del Sexo: Más Alegría", y se trasladó de Inglaterra a California para
seguir escribiendo e investigando el comportamiento sexual”. No es mucho, en
mi libro Libertarios,
libertarias (editado
en Els Arbres de Fahrenheit), se dice un poco más:
Alex, geriatra, biólogo, filósofo y novelista inglés (1920), muy
conocido en todo el mundo como autor de obras científicas y literarias en las
que une la crítica social, la divulgación y el rigor científico. Se educó en
Trinity College, Cambridge y en el London Hospital. Durante los años cuarenta
fue un gran activista en el grupo anarquista británico junta con George
Woodcok, Herbert Read, Mª Luisa Berneri, Vernon Richards, y otros, y participó
en diversas campañas de signo libertario. En su obra, aunque no hay un
posicionamiento político estricto, se nota una inclinación libertaria muy
notable.
En 1974 se marchó a
California, donde será profesor en el Instituto de Estudios Superiores de Santa
Bárbara, catedrático del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad de
California en Irvine, y profesor en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de
Stanford. Durante varias décadas de su vida se ha dedicado al estudio del
envejecimiento en hombres y animales. Sobre esta cuestión ha publicado dos
trabajos clásicos, La biología de la senescencia y Una buena edad. La tercera edad (Debate, Madrid, 1978).
Fue la primera persona
que recibió en su país un doctorado en gerontología. Comfort considera que la
gente mayor son una minoría oprimida, y combate en su obra todos los
acondicionamientos sociales, políticos y morales, todas las patrañas y
encasilla mientas que motivan su opresión. El mismo sentido liberador obras se
hace notar en otras obras suyas publicadas en España, como El
placer del sexo, y El
placer de amar (ambas
en múltiples ediciones en Blume, Barcelona) cuyo mensaje es «que no hay nada
que temer, que en realidad nunca la ha habido y que somos las creadores de
nuestros propias absurdos». En Los médicos
fabricantes de angustias (Granica,
Barcelona, 1977), denuncia el terrorismo moral pretendidamente alimentada en
opiniones «científicas». Otras obras suyas, publicadas en Argentina, son: El
comportamiento sexual en la sociedad, Autoridad
y delincuencia en el Estado moderno, La
novela y nuestro tiempo, Naturaleza y naturaleza humana (Proyección, Buenos Aires).
En los años
setenta-ochenta, El placer del sexo, y El placer de amar, fue un libro que se vendió como
rosquillas. Servidor que tenía un viejo camarada en Blume, y que me los hacía
llegar con un buen descuento, lo regaló y lo vendió por el trabajo, entre
las amistades y familiares, y lo tuvo como libro de cabecera para sus propias
relaciones…La actual edición quiere representar una puesta al día, y dado que
el amigo Comfort (cuya obra sobre la vejez recomiendo a todos y todas), viene
ampliada y reformada por la doctora Susan Quilliam…Ahora me enero además, que
su edición de 1977 tuvo como consecuencia inmediata el hundimiento de las
ventas del Libro de la vida sexual (1966), de López Ibor, el aberrante
manual tolerado por el nacionalcatolicismo desarrollista de la época. Villar
Palasí, ministro de Franco, proclamaba
que las parejas que no creían fervientemente en la postura cristiana, llevaban
bajo el brazo cuando llevaban a cabo la entrevista con el cura, una asuignatura
previa a la boda. En esto ha pasado una pequeña revolución que habrá que
ampliar y poner al día este libro –ciertamente- de orientación exclusivamente
heterosexual, aunque estoy seguro que los comparten otras inclinaciones tiene
sobre este punto, una biblioteca mucho más evolucionada.
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