sábado, 7 de mayo de 2016

Curas pero cristianos en la guerra de España

Curas pero cristianos en la guerra de España

Desde los años sesenta al menos, en los márgenes de la España oficial, ensayistas e historiadores creyentes habían comenzado a poner en cuestión la “alianza entre la espada y la cruz”, se fueron haciendo cada vez más audaces.
También se trata de ofrecer otra perspectiva desde fuera del franquismo, un ejemplo es Visionarios  (2001) , obra de Manuel Gutiérrez Aragón, un tema que ya había novelado Pío Baroja  La pequeña localidad de Ezkioga, en la comarca del Goierri, se vio sacudida en aquellos años por un brote de supuestas apariciones de la Virgen de los Dolores a media docena de jóvenes visionarios, cuyo candor y sinceridad aparentes sirvieron como punto y señuelo de agitación antirrepublicana en los sectores más cavernícolas del catolicismo donostiarra que se manifiestan en procesiones de mujeres enlutadas que caminan como zombies mientras repiten lentamente la letanía: Perdona tus siervos señor, perdonále señor/ No estés eternamente enojado…Una procesión muy similar a la que aparece en Nueve cartas a Berta, una escena que será de lo más común en esa larga posguerra que comienza a deshacerse en los sesenta con la emigración, el turismo y todo lo demás. 
Sin embargo, no fue hasta fechas recientes que se descubrió la existencia de Gumersindo de Estella 5/, o del caso presentado por la película La buena nueva (2008), una esmerada producción de Helena Taberna, situada en Alzania, un pueblo navarro gobernado por una mayoría electoral socialista, lo que suscita las iras de la derecha tradicionalista que dará un apoyo al general Mola, el mismo que proclama que la única manera de vencer es aplicando el terror, fusilando a quien se oponga. A este lugar es enviado el bisoño Miguel (un concienzudo Unax Ugalde), un sacerdote recién regresado de Roma, donde ha cursado brillantemente sus estudios de Teología, con especial dedicación a los temas sociales, siguiendo la doctrina marcada por la encíclica Rerum Novarum. La primera misa de Miguel coincide con la sublevación. La mayoría de los hombres del lugar huyen en dirección a Eibar, para armarse y luchar en defensa de


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