viernes, 24 de junio de 2016

Alfred Rosmer, el gótico del movimiento obrero


Alfred Rosmer, el gótico del movimiento obrero
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A lo largo de su trayectoria militante, Serge fue desarrollando una extensa red de relaciones personales y políticas que luego serían decisivas en la campaña internacional por salvarle de las garras del estalinismo. Dado lo variado de dichas relaciones, entre sus amistades coincidían por igual anarquistas, sindicalistas revolucionarios, comunistas y disidentes como artistas, lo que explica la amplitud de la movilización que suscitó el “caso Serge”, cuya ultima onda llega hasta el congreso de
intelectuales antifascistas de Valencia en 1937 (1).  
Pero el núcleo central de estas relaciones fue el constituido alrededor del rechazo de la capitulación en masas de los socialistas, los sindicalistas e incluso, los anarquistas. Desde la cárcel, Serge, frente a militarismo prusiano oponía los peligros de su copia francesa y recordaba el affaire Dreyfus, la primera manifestación de signo fascista en el continente. Y, por lo que se refiere a la invasión de Bélgica por los alemanes, no olvidaba otro episodio semejante, la guerra de los boers. Fue uno de los colaboradores de La Vie Ouvriére, junto con Rosmer, Monatte, Martinet y Trotsky, todos ellos situados en el área de lo que sería la Conferencia de Zimmervald, entre los partidarios de oponer la revolución a la guerra. Esta relación atravesó las mismas fases, se expresó especialmente ante el caso Serge a través de la revista Revolution proletarianne…  
Resultado de imagen de alfred rosmerSobre Alfred Rosmer (1877) ha escrito su biógrafo Christian Gras: " Su experiencia, bastante larga --55 años de vida militante entre. 1909 y 1964-- se inscribe enteramente en los medios revolucionarios. Es significativa de una generación que ha esperado apasionadamente la revolución, que se ha llenado de esperanza cuando vino la experiencia rusa y que no cesado de observar y de comentar esta experiencia. La psicología personal se entrelaza con los grandes movimientos de la sensibilidad colectiva. Es significativa también no de una clase, sino de un tipo social original. Rosmer no es un burgués, no es  para nada del dinero que no piensa ni en amasar ni en lograr. No se integra nunca al grupo de las gentes de letra, ni al cuerpo social de la universidad. Pequeño funcionario, periodista mal pagado, corrector de imprimaría, no se interesa por las cuestiones alimenticias. Vive por la revolución- No es un hombre de aparato ni un revolucionario profesional pagado por una organización. Su experiencia es también variada en las formas y nos llevan desde el anarquismo al sindicalismo revolucionario, al comunismo, al trotskismo, al antiestalinismo. Rosmer, es un raro ejemplar de fidelidad, de continuidad revolucionaria".
Internacionalista, entre 1922 y 1924 forma parte del CC del PCF, como representante del ala que se opone al intento de hacer de él un partido socialdemócrata de izquierda, es descrito por Serge en sus Memorias en los siguientes términos “…sindicalista de nombre ibseniano:
Resultado de imagen de alfred rosmerEs excluido en 1924, por su oposición a la llamada "bolchevización. Amigo de la Oposición trotskista, escribe en La Vérite y participa en la formación del grupo francés y en el secreta­riado internacional de la Oposición al principio de los años treinta. Dimi­te y entra en una larga controversia con otro sector del grupo trotskista encabezado por Molinier y Frank. Trotsky que se sitúa al lado de los jóvenes, ve en el un gran escritor, una leyenda que ya no se encuentra a la altura de las circunstancias. Esta controversia se extiende en torno a la guerra y la revolución, durante la cual, Rosmer apo­ya al POUM en contra de la opinión de Trotsky. Sin embargo, se mantiene la amistad entre ambos. Será en casa de Rosmer donde tendrá lugar (un biógrafo de Simone Weill afirma que fue en casa del padre de ésta)  la fundación de la IVª Internacional y los Rosmer, Alfred y su compañera Margarite viven  con Trotsky  los últimos días de éste en México. Ramón Mercader los utilizó empleando su coche para los desplazamientos de la pareja que agradece el favor. Alfred se mantiene como una militante comunista de izquierda, escribiendo nu­merosas obras sobre la historia del movimiento obrero. Fue uno de los firmantes del "manifiesto de los 1921" contra la ocupación francesa en Arge­l y en apoyo a la independencia de este país. Murió en 1964. Gallimard editó (París, 1980), la Correspondence 1929-1939 de León Trotsky et Alfred et Marguerite Rosmer,  presentada y anotada por Pierre Broué, escogidas entre las 256 cartas encontradas en los Archivos Trotsky de Harvard.
Aunque de una manera mucho más parcial, Trotsky mantuvo una fuerte relación con Pierre Monatte, (Monlet, Alto Loira, 1881-París, 1960), uno de los representantes más destacados del sindicalismo revolucionario de antes de 1914. Cuando todos los viejos sindicalistas se inclinan o callan ante la Gran Guerra y la unión Sagrada francesa, Monatte emerge como la conciencia del sindicato. Se opone a la guerra y desde La Voix Ouvrière manifiesta que los socialistas franceses tenían que haber seguido el ejemplo de los socialistas italianos partidarios de la neutralidad. No obstante proclama que los sindicalistas internacionalistas no obstaculizarían el esfuerzo bélico. El pequeño grupo internacionalista está formado, entre otros, por AIfred Rosmer, Alphonse Merrheim (con Trotsky), y forman el Comité de Defensa Sindical que trata de impedir la expulsión de la CGT que trata de lograr la mayoría que sigue a Jouhaux, y desde 1917, Monatte trata, infructuosamente, de conse­guir la mayoría para la izquierda.
Este Comité se encuentra detrás de las primeras huelgas de la postguerra. En 1918, durante el Congreso del pleno del sindicato, Monatte orquestó junto con Gaston Monmousseau, la critica contra el equipo rector y el apoyo a la revolución rusa. Movilizado después de la desmovilización vuelve a animar La Voix…En 1920 es arrestado durante la huelga de ferrocarriles. Durante la escisión socialista-comunista, se siente moralmente desalentado y deja el periódico. Pase a ser uno de los fundadores del PCF, y es considerado por Lenin y Trotsky como uno de los elemento claves para la construcción de un verdadero partido revolucionario, diferente al que tratan de crear viejos socialdemócratas como Frossard y Cachin. Redactor de L' Humanité en 1923, es excluido en 1924 por su oposición a la llamada "bolchevización" que auspician Zinóviev y Stalin.
Resultado de imagen de alfred rosmerAlfred Rosmer pasa apoyar a la oposición de Izquierda y mantiene sus lazos con Trotsky, pero no tarda en distanciarse del bolchevismo. Será entonces el principal animador del grupo que edita Revolution proletarienne, y desde la Liga sindicalista, trata de retornar a los clásicos presupuestos del sindicalismo revolucionario sin renunciar a determinados criterios marxistas. Con ello se sitúa en una especie de terreno intermedio y recibe diversas críticas. Para los anarquistas representaba una versión acomplejada del viejo sindicalismo revolucionario, ambigua respecto a las tendencias "autoritarias" de Trotsky. Para este, Monatte seguía prisionero de unos principios que se habían agotado en la época iniciada por la Gran Guerra. En 1930 el grupo publica una declaración Por la reconstrucción de la unidad sindical  firmada por 22 activistas de la CGT, la CGTU y de los sindicatos independientes. Su base de referencia era la Carta de Amiens, o sea de "la lucha de clases y la independencia sindical, sin ninguna interferencia por parte de partidos políticos, fracciones o sectas, como tampoco de ningún gobierno...".
En la mitad de los años treinta, Rosmer formó parte activa en la comisión de intelectuales y militantes que denunciaron los "procesos" de Moscú contra la "vieja guardia bolchevique" y durante la guerra civil española repartió su solidaridad entre el POUM y la CNT. En una carta a Maitron termina así su breve boceto sobre su vida, diciendo: "...Nunca he sido funcionario sindical. Miembro del Comité federal de las Bolsas de Trabajo desde 1904 a 1914, Luego militante sin funciones. Hay sin dudas zig-zag, pero los fines siempre han sido los mismos, aunque nos lo haya representado muy bien. Preocupado por mantenerme como un revolucionario sin dejar nunca el trabajo sindical..." (Maitron y Colette Chambelland han publicado sus Archivos. con el título de Pierre Monatte, Syndica­lisme revolutionnaire et communisme (Maspero, París, 1969).


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