¿Qué leer?
Un breviario bibliográfico sobre la
crisis española de los años treinta.
Recuerdo que, a principios de los
años ochenta, la barcelonesa editorial Fontamara estuvo estudiando la
posibilidad de adaptar al castellano un libro que en aquel momento acababa de
aparecer "chez Maspero", obra del estudioso Jean-Marie Brohm (del que
se habían editado aquí al menos un par de libros de cierto impacto, uno sobre
el marxismo y el psicoanálisis, y otro que ofrecía una visión muy crítica de la
utilización que el sistema hacía de los deportes). Si no recuerdo mal, su
título era Qué lire?. Bibliographie sur
la revolution. Era un verdadero compendio dividido por clásicos
socialistas, temáticas primordiales, escuelas y grandes citas cronológicas de
la historia social, una verdadera joya didáctica que contaba con un problema
obvio, a saber, que sus referentes
franceses no se correspondían con los
españoles, sobre el que además habría que considerar las ediciones en catalán
así como muchas sudamericanas, en especial mexicanas y argentinas que
conocieron una extensa difusión por aquí. El proyecto dio lugar a una pequeña
comisión que se engarzó en un debate sobre el enfoque y el alcance del proyecto,
los problemas metodológicos que planteaban ya que se trataba no de ofrecer una
introducción bibliográfica o más abierta posible, necesaria ya que se
sospechaba que la compra de ejemplares no equivalía a que esos fueran leídos…La
discusión se quebró desde el momento en que la editorial Dédalo con un equipo
de siste colaboradores, editó Bibliografía
sobre marxismo y revolución (Madrid, 1978, 645 pp) Se trataba de un volumen
el triple de grueso que el de Maspero aunque sus criterios fueron acumulativos.
He recordado aquella experiencia al
escribir estas notas que bien podría haber sido (eso sí, resumidas), las
propias del proyecto que -desde la perspectiva que representaba-, habría podido
incluirse en aquel compendio destinado a ayudar a los que querían hacer crecer
sus conocimientos sobre una cuestión sobre la cual, nunca se podrá dar un
consenso. No lo habrá por supuesto entre los dos grandes bandos, al menos en la
disputa de las interpretaciones, pero tampoco la habrá entre la que atravesó la República por más que
frente a la represión y sus secuelas en el olvido (en el "ninguneo"
de las víctimas), sea necesaria el mayor respeto y concordancia posible.
Tampoco lo será porque ésta no es sola una herida abierta, también resulta ser
un condicionante de primer orden porque como decía con razón un historiador
conservador germano, el pasado no quiere irse. Además, como tema histórico, no
hay apenas semana que no se registre una nueva aportación que obliga a los
estudiosos y a los divulgadores (que son legión en los "medias"
instalados en las orillas del "centrismo"), en mayor o menor grado, a
ajustar criterios sobre tal o cual punto y controversia.
En el tema que nos ocupa, suele ser ya habitual recordar su extraordinario alcance bibliográfico solamente inferior al suscitado por la revolución francesa. Lo que ya no se habla tanto es de su cronología, o de las circunstancias en que la gente de a pie de este país ha tenido acceso a dicho torrente. Hasta bien entrado los años setenta, la única bibliografía realmente existente era la que hacía apología de la Victoria. Tanto era así que las primeras novelas o películas que trataban a los republicanos como seres humanos, causaron por entonces bastante sensación. Un poco más tarde, fue ya posible encontrar "bajo cuerda" o sea ilegalmente, los primeros estudios reconocidos, como los de Hugh Thomas, Gabriel Jackson, o Manuel Tuñón de Lara, una corriente que se asentará como dominante en el curso de la Transición, y que se sitúa en la defensa de la República reformista y democrática como el horizonte insuperado de la historia. Entonces bastaba que fuesen infinitamente más serios que los de la España oficial, que desmotaran toda la palabrería sobre "la Cruzada", que analizaran la guerra civil como un conflicto entre la democracia y fascismo situado como un prólogo de la II Guerra Mundial, o sea como parte del enfrentamiento entre los Aliados y el Eje. Dado que también por entonces comenzaban a llegar los primeros libros y las primeras películas sobre el judeocidio, la evidente connotación entre el 18 de julio y el nazismo, nos ayudó en la "toma de conciencia" de parte de una generación más liberada de la mansedumbre de los años más oscuros, abierta a las heterodoxias, y beneficiada por la irrupción del libro de bolsillo.
Fuera del ámbito legal, o sea en el
extranjero que era el exilio para los republicanos, estos primeros estudios
fueron ampliados por muchos otros, algunos de los cuales ponían más el acento
en la crisis social, como fue el caso del laborioso trabajo del
ladrillero-militante-historiador José Peirats, La CNT en la revolución española,
y lo serían igualmente, la obra de Broué-Témine, ampliamente citada en este
trabajo y cuyo enfoque se caracterizaba como "trotskista", y también
La crisis española de los años treinta, de Carlos Mª Rama, en ambos casos en
edición del Fondo de Cultura Económica, editorial que se sabía fundada por
republicanos en México. Broué escribió también el breviario sobre La revolución
española (Barcelona, Península, 1977; reeditado por el colectivo En lluita,
Barcelona, 2007), y más recientemente Staline et la revolution. Le cas espagnol (1993), aparte de
numerosos artículos y ponencias, parte de los cuales se encuentran en la
colección de la revista Cahiers Léon Trotsky, de la que fue durante muchos años
el principal animador científico…El esfuerzo de Broué se debilita cuando
aparece el militante, véase sino el capítulo español de su Trotsky (Fayard,
Paris, 1988), El antimodelo de la guerra
de España… Desde el
“trotskismo” se ha culpado a este partido de haber sido lo que decía, un
partido bolchevique. Sin embargo, el camino de Octubre estaba cortado: a) El
peso de Lenin podía ser comparado si acaso con el del “caballerismo”, el POUM
no era un grupúsculo, pero tampoco un partido fuera Cataluña; b) enfrente no
había un ejército en descomposición, sino todo lo contrario; c) el prestigio de
Octubre estaba en manos…de la
URSS de Stalin. La historia se torcía por un laberinto del
cual aún no hemos salido.
Más polémico que el Broué-Témine -o
menos protegido- resultó el trabajo de Burnett Bolloten, literalmente
"pirateado" y trastocado por el flamante y prepotente Ministro de la Propaganda, Manuel
Fraga Iribarne, quien instrumentalizó el libro desoyendo la voz del autor,
cambió el título de El gran camuflaje por La gran traición, etc. Se trataba de
disparar contra José Bergamín que había firmado un manifiesto a favor de los
mineros en huelga en Asturias, hacía una contribución a la ceremonia de la confusión
tratando de reforzar el enfoque oficialista del régimen según el cual el
llamado "Alzamiento" del sector fascista del ejército estuvo motivado
ante todo para evitar una revolución comunista, un argumento minuciosamente
rebatido en el libro El mito de la "Cruzada" de Franco (Ruedo
Ibérico), de Herbert R. Southwoorth, autor totalmente identificado con el
esquema República=Aliados (1).
Será precisamente esta última
editorial, la más combativa, representativa y pluralista del exilio, la que de
manera más contundente contribuye a reforzar la interpretación revolucionaria
con la reedición de la obra de Peirats, del testimonio del comunista austriaco
Frank Borkenau, El reñidero español, la edición de obras de Andrés Nin (Los
problemas de revolución española), Joaquín Maurín (Revolución y
contrarrevolución en España), Andrés Suárez alias de Ignacio Iglesias (Un
episodio de la revolución española: el proceso contra el POUM), del propio León
Trotsky (Escritos sobre España), así como el monumental trabajo de Fernando
Claudín, ampliamente citado… Andrade ofrece una visión lo más ponderada que
supo hacer en su prólogo a la antología de escritos de Andréu Nin para Ruedo
Ibérico, Los problemas de la revolución española de la que existe una edición
reciente auspiciada por la
Fundación Andreu Nin. El libro del expoumista Ignacio
Iglesias contra Trotsky tiene su pequeña historia editorial ha conocido hasta
tres versiones en castellano: Trotsky y la revolución española, Bilbao, Zero,
1976; Trotsky y España (1930-1939), Madrid, Júcar, 1977, aparte de una última
para Laertes: Experiencias de la revolución española (el POUM, Trotsky y la
intervención soviética)…En la argumentación de Iglesias -centrada en la idea
reiterada hasta el cansancio de que Trotsky se limitó a repetir en España los
esquemas de la revolución rusa-, se confunden criterios poumistas pasados, con
reacciones del presente, en el que se escribió el libro (mitad de los años
setenta), hostiles por ejemplo al mayo del 68 o al Chile de Allende, y no
digamos hacia el trotskismo del 68. Incluso llega a asegurar que los
trotskistas españoles de su época apenas si fueron tales…
Esta línea editorial será continuada
en la década siguiente por editoriales como Fontamara, muy ligada a la LCR, y que, en colaboración
con el historiador Pelai Pagès publica un nueva antología española de Nin (La
revolución española), así como otra de Trotsky, el libro de Casanova (Borten),
una antología de la revista Comunismo, así como el testimonio de Souchy sobre
las colectivizaciones. Pagès será el autor de Andreu Nin: su evolución política
(1911-1937) (Bilbao, Zero, 1975; cuya edición revisada prepara Laertes) y de El
movimiento trotskista en España (1930-1935), (Barcelona, Península, 1977), así
como de un extenso abanico de trabajos en revistas de historia como L´ Avenç, y
más recientemente de Cataluña en guerra y revolución (1936-1939), aparecido en
la colección España en Armas, de Espuela de Plata…
Del más alto nivel es el estudio "desde abajo" de
Chris Ealham, La lucha por Barcelona. Clase, cultura y conflicto, 1898-1937
(Madrid, Alianza, 2005), fundamental para conocer el ascenso y declive de la
"revolución a medias" que impulsó la CNT. Ealham es uno de
los autores incluidos en el "Especial" de la revista Viento Sur (nº
93, mayo del 2007), titulado Combates por la revolución en la guerra española,
que combina textos poumistas (Nin, Andrade, Mª Teresa García Banús), de
reconocidos estudiosos del POUM (Pelai Pagès, Andy Durgan, Reiner Tosstorff),
con otras plumas de la propia revista (que continúa la tradición de la LCR)…Este número, que ha
tenido una difusión muy superior al de la media de la revista, no habría sido
posible sin la colaboración de la Fundación Andreu Nin…En su conjunto, se trata de
una contribución amplia y fundamentada, muy alejada del tono oficialistas de
los grupos que reeditan a Trotsky (como la selección aparecida en las ediciones
Federico Engels), así como a Morrow o Casanova, y que no ven la necesidad de
reconsiderar nada. Otros trabajos de Ealham a considerar son: Una
revolución a medias: los orígenes de los hechos de mayo y la crisis del anarquismo, texto
incluido en EL POUM y el caso Nin. Una historia abierta, de
Pelai Pagès i Pepe Gutiérrez-Álvarez (dirs.), así como '“Nosaltres sols”: La CNT, la unidad antifascista y los sucesos de octubre de 1934 en Cataluña', texto incluido en la
obra colectiva De Octubre a
Octubre (AAVV, El Viejo Topo, Mataró, 2010)
Muy activa fue Júcar con su
colección de "Crónica de España" que incluía diversas antologías de
signo poumistas elaboradas por Víctor Alba (La
Alianza Obrera, La Nueva Era, La revolución
española en la práctica), y un largo etcétera que incluye los trabajos de
Manuel Grossi y el de Narcís Molins i Fábrega sobre la revolución asturiana. En
los años ochenta será sobre todo Laertes la que publique el minucioso estudio
de Andy Durgan, BOC (1930-1936), que ofrece una minuciosa visión de la historia
de los comunistas heterodoxos españoles con notas muy ponderadas sobre sus
afinidades y divergencias con Trotsky, trabajo ampliado por el opúsculo Trotsky, el POUM y la revolución española
(Barcelona, En lucha, 2008), el más completo que se ha hecho hasta ahora
considerando que Broué no entra en el conflicto. Laertes ha editado también
acopios de Julián Gorkin e Ignacio Iglesias, así como diversas obras de
reconocidos poumistas así como el extenso estudio de Judit Camps y Emilio
Olcina, Les milicies catalanes al front
d´Aragó… Llegados aquí me permito llamar la atención sobre el exhaustivo
estudio del discípulo de Pierre Broué, Josep Antoni Pozo González: Poder legal y poder real en la Cataluña revolucionaria de 1936 Tesis
doctoral edita en Renacimiento (Sevilla, 2012l. Como ejemplo de divulgación
"canóniga" tenemos El trotskismo
en España. Las organizaciones trotskistas en el Estado español desde 1930 a la
actualidad, escrito por Luís González (Madrid, Ed. POSI, s/f), que
establece una línea directa entre Trotsky y su grupo (el POSI), una suerte de
cancerbero del genuino "trotskismo" más auténtico en oposición a todos
los revisionismos (2).
En las dos últimas décadas del siglo
XX, este tipo de obras sufrieron un profundo socavón, y fue necesario un gran
esfuerzo para recuperar el hilo extraviado y que algunos daban por perdido, sin
embargo, desde los últimos noventa comenzó un nuevo proceso de recuperación del
pensamiento crítico y de la "memoria histórica", un cambio que lejos
de remitir, aumentaría con el tiempo como lo muestra todo lo que se ha
publicado alrededor del setenta aniversario de los acontecimientos del mayo de
1937 en Cataluña Siguiendo con el hilo del sector revolucionario mayoritario,
el anarcosindicalismo, cabe registrar el estudio (francamente apasionado) de
Miquel Amorós La revolución traicionada.
La verdadera historia de Balius y Los Amigos de Durruti (Virus, Barcelona,
2003), que es una biografía de Balius ampliada a Los amigos con los que se
identifica el autor. Lo de "traicionada" se refiere especialmente a
los planteamientos "circunstancialistas" de la CNT-FAI ya que los
estalinistas hicieron lo que les era propio -la contrarrevolución-, y dado que
su estimación un tanto paranoica sobre el "leninismo" como una
variante del fascismo, su actitud ante el POUM ("El episodio del POUM y la Guerra Civil
retrasaron la evolución hacia la socialdemocracia que Maurín y la mayoría
emprendieron sin problemas", p. 46); también ofrece alguna información
sobre los bolcheviques-leninistas cuando estos le vienen al pelo.
Posiblemente, las más lúcidas
posiciones anarquistas sobre la revolución española se encuentran en mi opinión
en Guerra de clases en España 1936-1937
de Camillo Berneri (Editorial Tusquets), de la que es abiertamente deudora la
obra de su yerno, Vernon Richard Lecciones de la revolución española, (Campo
Abierto la ha reeditado hace poco). Se trata de dos aportaciones críticas que
merecen ser estudiadas junto con otras previas, pero igualmente apasionante
como la de Valeriano Orobón Fernández, agrupada en la edición de sus escritos: Anarcosindicalismo y revolución en Europa
(edición de la CGT
de Valladolid a cargo de José Luis Gutiérrez Molina. De gran valor es el
testimonio de H. E. Kaminski, Los de
Barcelona (Barcelona, Ed. del Cotal, 1977).
Este cuadro aparece ampliado en la
recopilación aparecida en Alikornio (editora de Mary Low y de Mika
Etchebéhere), Barcelona, mayo 1937.
Testimonios desde las barricadas (Barcelona, 2007). Sus editores (C.
García-H. Piotrowski y Sergi Rosés, recogen aportaciones de testigos y
participantes que van desde las que justifican los posicionamientos oficialistas
confederales y poumistas hasta las de anarquistas, trotskistas y bordiguistas,
que coinciden en la convicción de que en estas fechas se pudo reabrir la
revolución. El libro se cierra con un cuadro biográfico bastante útil. Otra
contribución en una línea próxima es la de Agustín Guillamón, Barricadas en Barcelona. La CNT de la victoria de julio de
1936 a la necesaria derrota de mayo de 1937, título de prosa bastante
indicativo de las tesis del autor; la derrota del 37 fue prolongación natural
de las deficiencias y compromisos de julio del 36. El libro -por cierto,
editado por Espartakus, una prolongación en castellano de la antigua y mítica
editorial izquierdista parisina- añade además algunos anexos del mayor interés
como el teletipo del dirigente del PSUC José del Barrio (años después acusado
de "trotskista infiltrado") en el que se plantea sí habría que
bombardear las barricadas de Barcelona. Guillamón, discípulo de G. Munis y muy
atraído por el bordiguismo (de Amedeo Bordiga, comunista izquierdista italiano)
mantenía la Web BALANCE
que concede una importancia central al mayo barcelonés, y es autor de una
cuidada edición del legado munista: Documentación
histórica del trotsquismo español, 1936-1948 (Madrid, Ed. de la Torre, Madrid, 1996).
Guillamón ha seguido editando trabajos pormenorizados sobre diversos aspectos
de la revolución en Cataluña que el autor de estas líneas no ha podido leer
hasta el momento.
De una voluntad polémica más
reposada es el aporte del prolífico Ferran Aïsa -reciente responsable de un
estudio sobre Víctor Colomer y Joaquín Maurín- que publicó un título harto
indicativo: Contrarrevolució. Els fets de
Maig (Ed. 1984, Barcelona). Se trata de un trabajo minucioso como todos los
suyos, que rehúsa las conclusiones simples. Se puede decir que resulta algo así
como un trabajo que amplia y pone al día lo que se venía a plantear en el
primer estudio serio sobre el evento, el de Manuel Cruells, Mayo sangriento,
Barcelona, 1937 (Barcelona, Ed. Juventud, 1970), Aïsa responsabiliza a la CNT de haber dejado
"solo" al POUM. Aquí cabría hablar de otra obra: Les avantguardes. Surrealismo i revolució (1914-1939), (Barcelona,
Ed. Base, 2008), que ofrece un importante espacio al período de la República y la guerra
civil, y que señala la intensa afinidad entre el surrealismo y el comunismo
disidente y libertario.
He podido repasar el voluminoso
trabajo académico "republicanista" de Ángel Viñas, El escudo de la República (Crítica,
2007), que aborda temas como El oro de España, la apuesta soviética y los
hechos de mayo de 1937, en base a una documentación inédita, sobre todo de
procedencia soviética. Viñas no parece dar "viabilidad" al proceso
revolucionario al que parece atribuir una "sobredimensión" como
consecuencia de la "guerra fría". La obra demuestra que el
estalinismo no fue una maquinaria conspiradora que planeó sobre los
acontecimientos, sino que, por el contrario, fue a remolque de ellos. Lo que no
es de recibo es que Viñas sitúe toda la aportación crítica al estalinismo en
España bajo el amparo de la "guerra fría". Entre otras cosas porque
este enfoque tiene dos vueltas, y hay una que lleva a justificar lo
injustificable porque la URSS
y el movimiento comunista con la orientación de entonces se enfrentaba al
fascismo...tarea superior a la que sacrificaba toda tentativa revolucionaria.
El de Viñas es un punto de vista que
se amplia y matiza en el desarrollado por Helen Graham, en La
República española
en guerra. 1936-1939 (Debate, 2006), Ésta dedica casi setenta apretadas
páginas a los acontecimientos de mayo, ofreciendo un retrato minucioso del
trasfondo social del conflicto entre el igualitarismo y la dinámica de
reconstrucción del Estado, y también tiende a "españolizar" la
actuación del PCE-PSUC, en la línea que Berneri llamaría "nosckiana".
De esta manera la "intervención soviética" adquiere un carácter
subalterno, lo que explicaría que la tentativa de trasladar a España los
"procesos de Moscú" acabarán siendo un semifracaso; anotemos que
sobre El proceso del POUM existe una edición de los Documentos Judiciales y
Policiales en Lerna, Barcelona, 1989. En mi opinión, si bien esta información
desmiente las versiones más esquemáticas, cae en el lado opuesto de diluir
responsabilidades. Graham comienza afirmando que la guerra tenía que ser por
fuerza el esfuerzo central de la
República, lo que no contradice la interpretación de que la
revolución podía haber sido un arma mejor para la victoria...Por otro lado, las
dificultades y contradicciones del estalinismo tampoco contradicen la
naturaleza de su intervención. En cuanto al "caso Nin", el problema
no es tanto que los policías que lo raptaron fueran rusos u oriundos, sino toda
la trama y el trasfondo que lo envuelve. El hecho de que la bibliografía sobre
el POUM en general, y sobre Nin en particular, siga creciendo mientras más nos
alejamos del contexto de la "guerra fría", resulta una evidencia de
su importancia, importancia que camina en sentido opuesto al descrédito del
estalinismo, un estigma del que tratan de liberarse incluso los que persisten
justificándolo con mayor o menor vehemencia. Sobre Viñas me remito al trabajo de Jordi Torrent
Bestit, Entorno a una línea de interpretación
historiográfica, incluido en la obra El POUM y el caso Nin (Laertes, 2014).
Seguramente la crítica más
sistemática a las corrientes revolucionarias desde el campo digamos
republicano-oficial es un capítulo, La
revolución social, capítulo de Edward Malefakis en la obra conjunta La guerra civil española (Taurus,
Madrid, 2007), que cuenta con aportes "militantes" (de lo que se
llama centro-izquierda) tan apasionados y unilaterales como los más cerrados de
cualquier escuela política de izquierda o derecha. Curiosamente, aunque
cuestiona su viabilidad, Malefakis da a la revolución una importancia central.
Todo lo contrario que Julián Casanova (concretamente en declaraciones en el
documental Roig i Negre, de TV3) y
quien por cierto, trata despectivamente al POUM en un artículo de opinión en El País, lo que provocó una airada
respuesta del amigo Antonio Cruz desde Despage, una Web sobre las víctimas del
franquismo y sobre la
República, rehuyendo el sectarismo, que recomendamos juntos
con otras páginas alternativas (3). Es muy curioso el menosprecio de Casanova
por el peso organizativo del POUM, y que no aplique los mismos criterios en
relación a "grupúsculos" como los partidos liberales republicanos que
no hubieran nunca llegado a gobernar de no haber contado con el apoyo del PSOE.
Antonio Elorza ha llegado a declarar que el POUM es un "invento de los
ingleses". En Queridos camaradas, Elorza-Bizcarrondo por ejemplo, citan en
una única ocasión a George Orwell y lo hacen para desmerecer al POUM. La
moraleja de este libro podría ser la siguiente: el estalinismo fue perverso
pero en relación a la política de defensa de la República su papel fue
casi irreprochable. Tesis parecidas se pueden encontrar en algunos artículos de
autores como Higini Polo (en sucesivos artículos aparecidos en la revista El
Viejo Topo) que evocan el tiempo de Negrín sin asomo de problemas. Una
tentativa de crítica a esta corriente es la de Antonio Cruz González con Las víctimas de Negrín. Reivindicación del
POUM (Málaga, Sepha, 2008) (*).
Quizás la novedad más controvertida
del aniversario haya sido la de Ferrán Gallego, Barcelona, mayo de 1937
(Debate, Madrid, 2007). Antiguo militante del PSUC. En una entrevista con
Salvador López Arnal aparecida en El Viejo Topo, Ferran dice cosas como
que el POUM se situaba "fuera de la República" a la que defendió desde su
juventud entusiasta. Especialista reconocido en la historia del fascismo y de
la ultraderecha actual, Gallego ofrece aquí una obra ambiciosa y desde luego
asaz voluminosa, pero cuya línea argumental parece extraída de los esquemas más
o menos "eurocomunistas" de los años setenta. Como anécdota puede
decir que con todos los que he conversado sobre ella, todos me han confesado
que se le han leído solo en parte. El lector que se quiera ahorrar todo el
enrevesado laberinto argumental, y evitar el papel real del estalinismo como al
pecado, podrán hacerse una idea de su contenido en la citada entrevista de El Viejo Topo o en otra de El País (junto con Aïsa). A título de
curiosidad cabe anotar en su prolífica bibliografía, que Gallego no cita ni una
sola vez la última historia "oficial" del PCE, Guerra y revolución en
España, a cuya redacción nos hemos referido en el apartado IX, y en la que se
insiste en esta concepción de "revolución intermedia" que resucita
Gallego; tampoco cita la obra capital de Fernando Claudín, La crisis del
movimiento comunista internacional (Ruedo Ibérico, 1967), cuyo capítulo
español, La revolución inoportuna
está "colgado" en www.espaimarx.org.
Además, "el Claudín" ofrece una reconstrucción bastante penetrante de
otros acontecimientos históricos paralelos como el VII Congreso del Komintern,
el destino del Frente Popular francés o el pacto nazi-soviético.
Que yo sepa, éste es hasta el
momento el único título actual sobre la cuestión escrito por un autor
abiertamente situado en el área del PSUC de la época digamos más comunista
tradicional...Es evidente que en Iniciativa esta historia es ya agua pasada, y
que, exceptuando tal o cual veterano (y los hay todavía bastante siniestros),
tampoco nadie en el PSUC viu, defiende abiertamente el estalinismo, más bien lo
contrario. Un inicio de polémica en la Web Kaosenlared
(El PSUC y las izquierdas revolucionarias en la guerra española), con un
artículo del historiador Ramón Franqueza aparecido en Treball, que no ha
obtenido respuesta, quizás porque éste sea el sector proveniente del comunismo
oficial que más abiertamente está evolucionando, el que más claro tiene lo que
significó el estalinismo. Bueno sí, han habido respuestas furibundas y
agresivas (con numerosas referencias al "Gulag" y al
"piolet" como métodos de lucha contra el "trotskismo"
culpable de haber contribuido con sus críticas a la derrota del
"socialismo real") procedentes de lo que queda del "caucus"
estaliniano, "marxistas-leninistas" que "indignados" con
las revelaciones de Operació Nikolai,
publicaron un folleto en el que "demuestran" que la "Quinta
Columna" estaba detrás de las barricadas y que tenían uno de sus centros
en el interior del POUM. Dicen que el "Frente Popular" fue muy débil
en Cataluña, y es que seguramente no se han enterado que aquí se llamó
"Front de las Esquerras", y que obtuvo mayor porcentaje de votos que
en el resto del Estado; también tratan de darle peso a la actividades
quintacolumnistas tomando como referencia el peso que llegó a tener la Lliga de Cambó, como sí en
Madrid la CEDA
hubiese sido extraparlamentaria. Se trata simplemente de buscar justificación
para lo que se asume -la política estaliniana- como sí se tratara de la
"verdad revelada" para un integrista.
Esta polémica implica también la
obra de Fernando Hernández Sánchez en Guerra
o revolución. El Partido comunista de España en la guerra civil (Crítica,
Barcelona, 2011), divide escuetamente la historia del PCE entre un izquierdismo
estéril y un después de aplicación consecuente de la línea de Frente Popular:
desaparece todo el pasaje que va desde su ingreso en la Alianza Obrera
hasta las jornadas de julio, cuando declara que la guerra ya había superado los
viejos problemas con el “trotskismo”: hasta que llegaron los “procesos de Moscú”,
enfocados como sí se tratara de una historia paralela que no acaba nunca de
encontrarse.
La Fundación Andreu Nin editó tiempo atrás Los sucesos de mayo de 1937. Una revolución
en la República
(Pandora Libros, Barcelona, 1988), en el que se recogían textos de Pierre Broué
(Guerra civil en la guerra civil),
Wilebaldo Solano (Las JCI y las jornadas
de Mayo en Barcelona), Pelai Pagès (Reflexiones
sobre mayo 1937), y de otros autores, así como diversos testimonios
poumistas (Teresa García Banús, Francecs del Cabo, "Quique"
Rodríguez, etc.), y documentos. Dado que esta edición está descatalogada hace
tiempo, la Fundació
Andreu Nin de Cataluña se ha comprometido a introducirla en la Web donde ya se puede
encontrar un amplio material, por ejemplo el principal artículo de Juan
Andrade; la FAN
publicó el magnífico prólogo de Juan de Los problemas de la revolución
española, en la ya citada antología de escritos de Nin para Ruedo Ibérico, cuya
edición ampliada ha preparado Pelai Pagès para El Viejo Topo (Barcelona, 2008).
Sobre la experiencia "constructiva" de la revolución, está el trabajo
-ya clásico- de Antoni Castells, Les col-lectivitzacions
a Barcelona, 1936-1939) (Barcelona, Ed. Hacer, 1993).
El notable avance historiográfico de
los últimos tiempos, ha permitido entrar en aspectos que hasta el momento
habían sido poco tratados. Entre ellos se encuentra el asunto del "africanismo!",
o sea de la fracción del ejército que organizó el golpe de Estado y se
estructuró como una especie de partido militar capaz de agrupar a todas las
derechas desde la Falange
hasta los sectores burgueses catalanistas y liberales, sin olvidar monárquicos
y por supuesto, la Iglesia
de Trento. Entre las obras publicadas sobre lo que podemos llamar la
"cuestión marroquí", cabe destacar el estudio de Sebastián Balfour, El abrazo mortal (Barcelona, Península,
2002), subtitulado "De la guerra colonial a la guerra civil en España y
Marruecos (1909-1939)"; el de Gustau Nerín, La guerra que vino de África (Barcelona, Crítica, 2005), Balfour y
Nerín son además especialistas en el declive del imperio español. En nuestro
trabajo hemos tenido más en cuenta el estudio de Abel Paz, La cuestión de Marruecos y la República española (Madrid, Fundación Anselmo
Lorenzo, 2000), por la sencilla razón de que da mucho más importancia al tramo
militante…
Otro asunto que ha sido muy
trabajado ha sido el de la intervención soviética, punto crucial para este
libro cuya cronología coincide con el apogeo del estalinismo, un tiempo que es
analizado desde sus mecanismos internos por J. Arch Getty y Oleg V. Naumov en La lógica del terror. Stalin y la
autodestrucción de los bolcheviques (1932-1939), (Barcelona, Memoria
Crítica, 2001), y que, entre otras cosas, fija claramente una cronología (que
con el cano Soljenitsin engloba todo el proceso revolucionario), y distingue
claramente el perfil de las principales víctimas, o sea de los antiguos
bolcheviques que en un momento dado pudieron apoyar o simpatizar con cualquiera
de las oposiciones, siendo la llamada "trotskista" la más castigada.
Sobre el apartado español destacan: a) España
traicionada. Stalin y la guerra civil (Barcelona, Planeta, 2002), edición
de documentos de Ronald Radosh, Mary R. Habeck y Gregory Sevostianov, b) La Unión soviética y la guerra civil española. Una
revisión crítica, de Daniel Kowalsky (Barcelona, Crítica, 2003)...En
relación a las Brigadas Internacionales y los problemas de análisis histórico
que plantean, hay que consultar la obra de Rémi Skoutelsky, Novedades en el frente. Las Brigadas
Internacionales en la guerra civil (Madrid, Temas de Hoy, 2006).
De esta experiencia bibliográfica
aprendimos al menos un par de lecciones, primero que es muy importante conocer
todas las escuelas, todas las opiniones para buscar una visión de conjunto, y
segundo, que resulta francamente positivo un seminario desarrollado por uno o
varios "monitores" que te ayuden a ordenar la historia, la diferencia
entre lo fundamental y lo secundario, y sobre todo a debatir…
---Notas
---1) Southwoorth es también el autor de un trabajo de gran
prédica en los medios neoestalinismos, "El gran camuflaje": Julián
Gorkin, Burnett Bolloten y la guerra civil española, incluido en la edición de
Paul Preston, La República
asediada y conflictos internos durante la guerra civil (Barcelona, Ed.
Península, 1999), cuya tesis es que el enfoque de Bolloten es totalmente deudor
del anticomunismo de Julián Gorkin, y que en consecuencia, al tratar de
desvirtuar la idea de que España fue la primera batalla de la II Guerra Mundial
"haciendo hincapié en el crecimiento y la influencia de los comunistas
durante la contienda" lo que acaba estableciendo es "una denegación
de cualquier justificación para una guerra a escala mundial contra los poderes
fascistas" (p. 490)…Resulta singular, 1) que el autor escoja a Bolloten
como "representante" de unas tesis que -como hemos podido ver a lo
largo de este mismo libro- cuenta con numerosos exponentes; 2) que una cosa -la
crítica de la actuación estalinista en España- conlleve
"necesariamente" a desmerecer la alianza antifascista, y que no lo
haga por ejemplo el pacto nazi-soviético; 3) que se tome la evolución
conservadora de Gorkin-Bolloten como sintomática de una aportación histórica
como sí esta evolución fuese alguna exclusiva y obligara
"necesariamente" a una visión unilateral de la historia cuando -como
lo prueba la propia crítica-, Southwoorth ofrece una visión tendenciosa que
subraya las concordancias entre ambos conflictos en detrimento de las
peculiaridades del español…Peculiaridades no solamente derivadas de su
intensidad social -a la que, por cierto, tampoco estuvo ajena la guerra
mundial-, sino también del dato no menor de que en este caso el eje actuó
mientras que los gobiernos de los futuros Aliados (Gran Bretaña, Francia, USA),
fueron más bien cómplices de Franco que amigos de la República. Tesis
en la que abunda en gran medida alguien tan poco sospechoso de izquierdismo
irresponsable como Enrique Moradiellos en el primero de los trabajos incluido
en la edición de Preston: El general apacible. La imagen oficial británica del
general Franco durante la guerra civil.
---2) Muy significativo de esta obsesión de "verdadero" la podemos hallar en una involuntaria polémica desarrollada en Kaosenlared, a consecuencia de una crítica política mía sobre una de las corrientes provenientes del trotskismo, concretamente la llamada "lambertista". El tal González concluye su airada réplica como sigue: "Con su ataque, objetivamente lo que hace es cubrir esa política de abierta capitulación ante el imperialismo y el capital. Una política que no puede tolerar que haya corrientes trotskistas que luchen en el seno del movimiento obrero. De este modo los gruesos errores, bulos, inexactitudes y falsedades del artículo de Gutiérrez son el espejo del boicot y la campaña de los medios de comunicación contra el trotskismo. Con su ataque, objetivamente lo que hace es cubrir esa política de abierta capitulación ante el imperialismo y el capital. Una política que no puede tolerar que haya corrientes trotskistas que luchen en el seno del movimiento obrero. De este modo los gruesos errores, bulos, inexactitudes y falsedades del artículo de Gutiérrez son el espejo del boicot y la campaña de los medios de comunicación contra el trotskismo". Una de las manifestaciones de esa "lucha en el seno del movimiento obrero" estriba en condenar Sinistra Crítica por su "capitulación" en la crisis de la izquierda italiana, y dictaminar que el enganche movilizador que inspira Oliver Besancenot en Francia es "un producto de los medias".
---3) El lector encontrará una abundante información sobre la República y las izquierdas críticas también en las Web's de la Fundación Andrés Nin, en la edición castellana de La Bataille Socialiste, en apartados de Kaosenlared, y en otras más especializadas como www.marxist.com, www.marxists.org, y www.ceip.org.ar.
---2) Muy significativo de esta obsesión de "verdadero" la podemos hallar en una involuntaria polémica desarrollada en Kaosenlared, a consecuencia de una crítica política mía sobre una de las corrientes provenientes del trotskismo, concretamente la llamada "lambertista". El tal González concluye su airada réplica como sigue: "Con su ataque, objetivamente lo que hace es cubrir esa política de abierta capitulación ante el imperialismo y el capital. Una política que no puede tolerar que haya corrientes trotskistas que luchen en el seno del movimiento obrero. De este modo los gruesos errores, bulos, inexactitudes y falsedades del artículo de Gutiérrez son el espejo del boicot y la campaña de los medios de comunicación contra el trotskismo. Con su ataque, objetivamente lo que hace es cubrir esa política de abierta capitulación ante el imperialismo y el capital. Una política que no puede tolerar que haya corrientes trotskistas que luchen en el seno del movimiento obrero. De este modo los gruesos errores, bulos, inexactitudes y falsedades del artículo de Gutiérrez son el espejo del boicot y la campaña de los medios de comunicación contra el trotskismo". Una de las manifestaciones de esa "lucha en el seno del movimiento obrero" estriba en condenar Sinistra Crítica por su "capitulación" en la crisis de la izquierda italiana, y dictaminar que el enganche movilizador que inspira Oliver Besancenot en Francia es "un producto de los medias".
---3) El lector encontrará una abundante información sobre la República y las izquierdas críticas también en las Web's de la Fundación Andrés Nin, en la edición castellana de La Bataille Socialiste, en apartados de Kaosenlared, y en otras más especializadas como www.marxist.com, www.marxists.org, y www.ceip.org.ar.
(*) Nota añadidas en su edición en DESPAGE.-
Tenemos que añadir al artículo de Pepe Gutierrez-Álvarez algunos libros que complementan lo expuesto y acordado con el autor del artículo.
Tenemos que añadir al artículo de Pepe Gutierrez-Álvarez algunos libros que complementan lo expuesto y acordado con el autor del artículo.
En el capítulo de las relaciones
milicias y ejército popular con asesores soviéticos, es imprescindible las
Memorias de Perea, tituladas Los culpables.
Juan Perea Capulino. Flor del Viento Ediciones, Barcelona, 2007, primera
edición. Hay que tener en cuenta que este libro se escribió durante la Guerra Civil y sin
embargo por lo datos que aporta tiene un valor incalculable, porque no se han
podido rebatir sus argumentos y afirmaciones, lo que deja bien claro que la
información que llegaba entonces, para el que quiera oir, claro está, era
bastante de fiar. El republicanismo de Perea, lejos de posturas dogmáticas,
agrupaba bajo su mando a milicias de tendencias anarquistas, comunistas y de
otros partidos republicanos, en conjunción con la idea de Frente Popular que
defendió hasta el final de la guerra.
En relación con la política africana
del general Franco hay dos libros fundamentales, para alejar la utópica
ideología franquista de "Montañas Nevadas y banderas al viento" y
acercarse a la realidad de los hechos. Uno es la relación de Franco con
Inglaterra, Churchill y Franco
de Richard Wigg, Debate, Barcelona 2005; otro es La gran tentación de Manuel Ros Agudo, Styrira, Barcelona
2008. En el primero loa tiras y aflojas del inglés, interesado en el wolframio
español, y en cómo evitar que los alemanes se lo llevaran, en plena Segunda
Guerra Mundial, siempre con la amenaza de que la toma de Gibraltar por Franco
llevaría la toma de las Canarias por Churchill. En el segundo, dejando más
claras estas estrategias, se demuestra que la "buena intención" de
Franco en Hendaya de evitar la guerra a España, un país destruído, era
totalmente falsa. Franco no entró en la guerra de Hitler porque Hitler no le
ayudó, ni Mussolini tampoco, en adueñarse de todo Marruecos, incluído la parte
argelino-francesa (que pertenecía a la Francia Libre), a cambio Hitler pedía una de las
islas Canarias en propiedad, cosa a la que Franco no accedió. Otra buena
historia que nos relata Ros Agudo es que los servicios de inteligencia
españoles en Tánger, puerta del Estrecho en manos de Franco, detectaron toda la
flota aliada en los preliminares de los desembarcos en Africa y Sicilia, y
misteriosamente esta información nunca llegó al III Reich. ¿Venganza franquista
o inutilidad alemana que no juzgó interesante la información del socio
penínsular?. Son dos libros de la posguerra pero directamente implicados en la
política franquista.
Pepe cita a Mika Etchebéhère y a
Mary Low. La primera tiene unas memorias imprescindibles en Alikornio, Mi guerra de España, Barcelona 2003, y la
segunda lo más conocido es su libro Cuaderno
rojo de Barcelona, Alikornio, Irrecuperables.
Por último la trilogía de Viñas,
comentada por Pepe Gutierrez se cierra con los dos últimos volúmenes, ya
publicados, El Escudo de la República, y
El Honor de la República,
Angel Viñas, Crítica, Barcelona (200 y 2009; no es un error, en el libro
aparece ya la fecha del año que viene aunque la edición ha salido en diciembre
de 2008). Los comentarios de Pepe sobre el autor se mantienen para los dos
libros siguientes, y yo sólo quiero añadir que en lo que se refiere a la imagen
de Negrín, socialdemócrata asociado a comunistas y representante de una
democracia burguesa, imagen idílica de Viñas, es contratastado con la imagen
que yo doy en mi libro, Las víctimas de Negrin, Sepha, Málaga 2008,que
corresponde a su imagen en 1936, y no a la imagen "revisionista" (de
revisionar, no de revisar) que pretenden hacernos llegar Viñas, Moradiellos,
Jackson y otros, muy lejana de la figura de traidor a la República, traidor a su
partido, traidor a la
Revolución y traidor a su profesión y a su familia, que yo
mantengo.
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