JOHN GARFIELD PREFIRIÓ MORIR ANTES QUE
TRAICIONAR
Pues
bien, John Garfield no tuvo tiempo no tuvo tiempo de hacer una película en
technicolor, y no le hizo ninguna falta. En sus actuaciones mostró una clara
predilección por personajes de ficción, por historias oscuras que reflejaban en
la pantalla al hombre y a la mujer de la calle, gente trabajadora con problemas
para subsistir, y que aparecían sometida por condiciones sociales opresivas. Su
“reinado” fue coincidente con la época de mayor esplendor del cine negro, y
comienza, significativamente, en 1938 con Four
Daughter (1938)…
Actor
teatral y cinematográfico, nacido como Julius Garfinkje el 4 de marzo de 1913
en la ciudad donde fallecería, obtuvo su técnica interpretativa en las filas
del Group Theatre Garfield…John provenía, como muchos otros actores que
obtendrían renombre, baste anotar a Susan Hayward, Tony Curtis o Jeff Chandler,
de Brooklyn, por entonces uno de los barrios más miserables de Nueva York. Su
padre, un pobre sastre judío, apenas lograba mantener a su familia, y desde que
fue un muchacho, Johnny, se puso a vender periódicos, una faena muy
cinematográfica pero especialmente dura porque que la competencia era enorme.
Los muchachos luchaban desenfrenadamente para acaparar los rincones buenos de
las calles, y trataban de hacerse respetar con argumentos convincentes.
Es desde esta experiencia que John Julius
Garfinkel se convertirá en John Garfield.
Gracias al Dr. Patri, ganó el primer premio de un popular concurso de elocuencia, dado por un diario de Nueva York, el paso siguiente fue convertirse en actor dramático. El Dr. Patri será nuevamente su angel guardián, obteniendo para él una entrevista con el célebre autor ruso, radicado en Nueva York, Jacob Ben-Ami, el cual le recomendó seguir los cursos de la "Fondation Heckscher".
Gracias al Dr. Patri, ganó el primer premio de un popular concurso de elocuencia, dado por un diario de Nueva York, el paso siguiente fue convertirse en actor dramático. El Dr. Patri será nuevamente su angel guardián, obteniendo para él una entrevista con el célebre autor ruso, radicado en Nueva York, Jacob Ben-Ami, el cual le recomendó seguir los cursos de la "Fondation Heckscher".
Era
necesario dinero para esto y John era pobre de solemnidad. Lo que ganaba, lo
entregaba a sus padres que lo necesitaban. Su firme voluntad le llevó a
solicitar una beca, gracias a la picaresca de hacerse pasar por un recomendado
de Ben-Ami. Contra todo pronóstico consiguió obtener una de las becas que
concedía el estado, lo que le permitió, continuar trabajando en pequeños
empleos, entrar en la "Fondation" y distinguirse rápidamente por sus
grandes cualidades de actor, según muchos, el mejor de su generación, una
generación airada, muy consciente de sus origines socales.
En
este mítico teatro trabajaban una lista de elementos de talento reconocido como
Louise Rainer (La buena tierra), Elia
Kazan, Richard Conte, Jules Dassin, Frances Farmer -sobre la que habría que
decir algo-, Lee J. Cobb, Luther Adler, etc, un conjunto de actores y
directores, todos ellos ligados al cine “negro” y social más avanzado y más
crítico de su tiempo.
Este fue un verdadero éxito personal de John,
encarna a un joven revoltoso, y por ella fue nominado al Oscar al mejor actor
de reparto. En la trama, la unión de las hermanas que se enfrentaban a un padre
opresor (Claude Rains), era denominada “Frente Popular”, detalle que no pasó
desapercibido a la policía cultural. En el tiempo que sigue hasta 1952,
Garfield interpretará hasta treinta y una películas le seguirían muchas y
buenas, aunque no todas merecerán ser recordadas, dos de ellas al lado de
Michael Curtiz como El lobo de mar
(1941), soberbia adaptación de la obra homónima de Jack London escrita por
Robert Rossen y protagonizada por Edward G. Robinson como Wolf Larsen, y Punto de ruptura (1950), un “remake”
inconfeso de Tener y no tener, siguiendo la misma novela de Ernest Hemingway.
Conviene
no olvidar que en los años treinta y cuarenta, la izquierda democrática y
social tuvo una influencia enorme en Hollywood. Tanto es así que el "gran
dinero" consideró que, dada la influencia que la industria del cine tenía,
había que cortarles las alas que era también hacer a toda la izquierda del
partido demócrata en cuyo seno acabó integrándose lo que quedaba de la vieja
socialdemocracia, muy lejos de los tiempos de Eugene V. Debs, Jack London y
Upton Sinclair, por mencionar algunos nombres que suenan por aquí.
Entre
los actores, sin duda el más representativo de esta izquierda fue John
Garfield, un verdadero "outsider" a cuyo entierro -en triste día de
mayo de 1952, asistieron 100.000 personas. Los presentes no eran
"fans" al uso, sino hombres y mujeres del espectáculo que sabían que
aquel gesto no les iba a beneficiar para nada. El control inquisitorial era tal
que, según contaría Douglas Sirk, al día siguiente de haber comprado un libro
de Brecht, recibió la visita de un inspector para saber porque lo había hecho.
Había libertad para colocar el libro de Brecht en las librerías, pero no tanto
para leerlo.
Su
integridad y apasionamiento profesional era admirado por muchos otros
profesionales en Hollywood. No obstante, el enrarecido ambiente que reinaba en
los medios artísticos norteamericanos a principios de los años 50, le valió una
desgracia que nadie esperaba. Estuvo entre los primeros considerados
simpatizante comunista, y a causa de esto, lo llamaron para dar explicaciones
ante el Comité de Actividades anti-americanas. Hizo declaraciones que pueden
considerarse anticomunistas: “...afirmó no haber figurado nunca en el partido
comunista al cual dijo detestar por considerarlo tiránico, antidemocrático y
peligroso para la paz mundial pero se negó
con reiteración a dar nombre alguno con respecto a los miembros de tal
organización alegando que no había conocido a nadie de quien supiera su
afiliación a la misma” (Javier Coma, Diccionario
de la caza de brujas, Ed. Historia Inédita, Madrid, p. 123).
Por su celebridad se la deberá sobre todo a The Postman Always Ring's Twice (El cartero siempre llama dos veces), de Tay Garnett, adaptación bastante atenuada de una novela explosiva de James Cain, pero que en su tiempo suscitó las iras de las ligas conservadoras, y que ha quedado como la mejor adaptación de las muchas de la novela; Gentieman ‘s Agreement (1947, La barrera invisible) ; Body and Soul (1947), un alegato de Elia Kazan sobre el soterrado antisemitismo del “american way life”; Body and Soul (Cuerpo y alma), de Robert Rossen, la historia de un campeón de boxeo pero que en realidad es una durísima metáfora contra el meollo del depredador del capitalismo; He Rari Alt the Way (Yo amé a un asesino), del director "maldito", John Berry, película policíaca, en donde por extraña coincidencia, John muere de una forma muy dramática…
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